sábado, 13 de diciembre de 2008

EL DECALOGO DEL MACHIN

AGUSTIN ANGARITA LEZAMA *
GONZALO PALOMINO ORTIZ **
La Universidad del Tolima, estudiosa sobre el tema del volcán Machín, desde hace varios meses viene dedicada a alertar a la ciudadanía sobre los peligros que entrañaría la posibilidad de su explosión. Han sido muchas las visitas a colegios, a instituciones públicas, privadas y al público en general, que desde los Observatorios ambiental y de derechos humanos hemos realizado para sensibilizar a la comunidad sobre este peligro. Pero, el caprichoso Machín, decidió medio desperezarse y el pánico cundió. A la ciudad llegaron aterrados campesinos con los pocos enseres que pudieron reunir en su huída y se asentaron en el viejo coliseo de ferias. Medida de urgencia atendida de la mejor manera. El machín ha vuelto a calmarse, pero el peligro sigue latente y sería gravísimo que los ciudadanos pensaran que ya todo pasó.
El Machín es un volcán de explosión y el segundo más peligroso del mundo. Lo que obliga a tomar medidas, reposadas, pero serias al respecto. Proponemos el siguiente decálogo:
1. Generar una red eficiente de comunicación. Que la emisora de la Gobernación emita regularmente informes periódicos sobre la actividad del Machín, pero también sobre los nevados del Ruiz, Tolima y del Huila. Que se entreguen calcomanías predio a predio con la frecuencia de la emisora y que se invite a sintonizarla. Que se trabaje en repotenciar la capacidad de alcance de esta emisora para lograr cobertura en todos los municipios, especialmente en zona rural. Si es del caso que se donen radios en la zona de peligro.
2. Urge un censo minucioso del talento humano en salud. Actualizar la capacitación del personal hospitalario en el manejo de desastres volcánicos. No sólo de la red pública sino también la privada. Los errores cometidos en Armero no pueden repetirse.
3. Una erupción del Machín nos contaminaría el acueducto de Ibagué. ¿Cómo nos abasteceríamos de agua? Que se entreguen contenedores por familia y posibilidades químicas de purificación de ella, solo para un caso de emergencia.
4. Que se mantenga al día un inventario del estado de puentes y carreteras alternas viables en caso de catástrofe. Es decir, un mapa vial de emergencia disponible para toda la gente.
5. Hay que preparar desde ya personal de apoyo. Con los miembros activos de salud, Cruz Roja y Defensa Civil no es suficiente. Además tener avituallamiento de reserva. Cada que ocurre un desastre hay que salir a recurrir a la caridad pública. La prevención no se hace pidiendo limosnas.
6. Se necesita un programa permanente de capacitación para los medios de comunicación para que se orienten la ciudadanía de manera adecuada y oportuna.
7. Establecer, preparar y dotar desde ya, los posibles alojamientos para albergar los desplazados de la zona de desastre. Un asunto casi seguro, en caso de desastre, serán los problemas de suministro de energía eléctrica. Se debe invitar a los habitantes de la zona de riesgo a tener provisiones de baterías, linternas con pilas nuevas y plantas eléctricas para una posible emergencia.
8. Establecer una comisión que determine los niveles de resistencia de los techos de las casas campesinas. Recuérdese que serán grandes volúmenes de cenizas lo que expulsará el Machín y que su peso puede hacer colapsar techos de casas lejanas no afectadas directamente. Que se empiecen a tramitar subsidios del gobierno para su reforzamiento y cuidado.
9. Preparar “mochilas para sobrevivir”. Una mochila (por lo fácil de transportar) cargada con los elementos mínimos para la supervivencia en caso de una explosión del Machín: agua potable, medicamentos, comida que no se descomponga, linterna y sus pilas, un sistema de comunicación (un celular), etc. Pero entenderla como una herramienta pedagógica; organizarla con toda la familia reunida, discutiendo y comprendiendo su importancia, para que se entienda que el contenido de la mochila no es para consumirlo una vez se organice, sino para mantenerla lista, renovándola y conservándola para una posible emergencia.
10. Crear cadenas de distribución desde los productores hasta los desplazados. Si un arrocero ayuda que se establezcan medidas para que, sin intermediarios y de manera expedita se entregue su colaboración. Medidas como bonos, carnés o cosas por el estilo pueden ayudar. Hay que pensar en un proyecto macro que compre un terreno para ofrecerlo en lotes como reubicación de las personas que viven en las zonas de riesgo, solicitar con tiempo los subsidios necesarios, educar a la ciudadanía y construir una ciudadela bien planificada. Estas son algunas ideas, nacidas desde la Universidad del Tolima, para contribuir con una responsabilidad del estado.
* Director del Observatorio de Paz y derechos humanos de la Universidad del Tolima ** Director del Observatorio Ambiental de la Universidad del Tolima

1 comentario:

flor marina vaquiro yara dijo...

Son mus
y importantes sus apreciaciones, pero deben difundir este decalogo que es muy importante. y ayudaria en cualquier momento