viernes, 5 de diciembre de 2008

CUANDO EL TOLIMA SE SACUDE

Este artículo fue escrito el 29 de diciembre de 1998.
Fue que Gonzalo se mamó, afirmaron mis amigos de Cali cuando les propuse aplazar la excursión al Volcán Machín. Es la frustración de quienes previenen desastres: si ignoras el riesgo eres un irresponsable, si los indicadores de peligro son altos y dices que “hay que aplazarlo”, pierdes el prestigio, la credibilidad y los amigos.
Desde el aplazamiento de la excursión, quería recordar los volcanes del Tolima, al Machín, pero me daba cosa “hacer el oso”. Ahora cuando ya han salido registros oficiales de sus temblores, ¡nos atrevernos!
El Machín, es un volcancito muy cerca de Ibagué, con una altura de dos mil 700 m. s. n. m que se parece mucho en sus características al volcán Chichón de México. Y México tiene los volcanes más raros del mundo: El Paricutín, apareció el 20 de febrero de 1943, cuando en una hondonada se abrió una grieta comenzó a salir humo negro acompañado de ruidos y a las 9 de la noche comenzaron los primeros fenómenos luminosos. Al día siguiente ya arrojaba piedra y lava, que fueron formando el cono volcánico en medio de temblores y estallidos. El volcán sepultó a dos pueblos y sus tierras agrícolas, tiene una altura de 500 metros.
El Chichón, en el estado de Chiapas, que durante las erupciones de marzo y abril de 1982 arrojó diez millones de toneladas de cenizas y gases, principalmente bióxido de azufre, los cuales formaron una nube gigantesca. Las afecciones ocasionaron la muerte de numerosos habitantes y ganado de la zona.
Es que el pasado vulcanologico de la tierra tiene sus “escrituras” en las cordilleras y en los volcanes: Cada erupción es diferente a las otras, cada una es un capítulo aparte.
Por ello mencionamos el ejemplo del Paricutín, para insistir en que son muchas las expresiones posibles. Y los científicos buscan afanosamente patrones con similitudes estructurales y comportamientos aproximados, miden sistemáticamente los síntomas, los temblores, los gases que salen de su interior, para predecir lo que puede ocurrir. Pero si no ocurre no quiere decir que la predicción haya sido mentira...es cuestión de tiempo geológico.
El Machín tiene una hermosa caldera- viejo cráter de gran tamaño- en donde puede leerse su pasado violento. Un cerro pequeño dentro de la caldera llamado domo, que es indicador de su última erupción, cuando ya sin fuerzas se consolidó en la boca del cráter taponando la salida de lava, lo cual lo hace más peligros, explosivo.
Tiene cuatro campos fumarólicos o se espacios de la superficie con mayor temperatura, sin vegetación, por donde salen vapores de agua y gases, con fuentes termales con sabor a azufre y depósitos sólidos de azufre, y dos sitios muy especiales por donde salen gases tóxicos, que con frecuencia producen la muerte a animales.
El volcán siempre se comunica mediante sus propios ruidos, temblores, sismos, emisiones, calores, olores, para contarle a los otros seres vivos que sigue vivito y coleando, y los registros oficiales así lo confirman: sus temblores están aumentando sorpresiva y peligrosamente.
Los estudios científicos y sistemáticos del Ingeominas, apuntan a sugerir la semejanza de nuestro Machín con el Chichón de México, lo cual nos crea la necesidad de comenzar un serio programa de educación y prevención, para que la gente “sepa que sabe”.
Nos preocupa, muy seriamente, la apatía de aquellos a quienes elegimos con nuestro voto. Ellos están tan preocupados por las cosas urgentes...que no tienen tiempo para la prevención de desastres.

Nos preocupa que la historia se repita al pie de la letra. Nos preocupa que no se tomen en serio los anuncios del Machín cuando se construyen puentes sobre el Combeima, y se arregla el de Cajamarca, y lo más grave...que no se incluya la variable sísmica cundo se proyecta la apertura del túnel de la línea.

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