martes, 17 de febrero de 2009

GRITOS DE ANGUSTIA DEL RÍO BERMELLÓN


Es que nos están invitando a una Audiencia para la explorar la posibilidad de apoyar la explotación del oro en Cajamarca... y ni como cristianos, ni como ateos podemos aceptar que se hagan foros para ponerle precio a la vida
Nosotros, Nativos y Universitarios, que siempre hemos puesto los muertos frente a las espadas españolas, en la construcción de fortalezas, en la luchas contra otros buscadores, en la minería de metal y en el transporte, estamos saturados, estamos convencidos que ya hemos puesto muchos muertos como colaboración en el proceso de sacar Oro para salvar el abolengo de las crisis económicas de otros grupos, otros pueblos, otras ideologías, otras religiones y... es que no queremos seguir reconstruyendo las pirámides financieras actuales que conllevan finalmente a la ultima crisis ambiental en el planeta.
Y nos asusta el riesgo que corremos frente a una gigantesca explotación de oro, que volteara miles de toneladas de rocas, degradara los ecosistemas, corromperá las fuentes de agua, utilizara químicos y degradara al ser humano. Es que queremos seguir siendo el nicho endémico de la Palma de Cera, con las mejores fábricas de agua del Tolima, continuar como los portadores de la mejor cheveridad del país.
Aun se nos contrae el corazón cuando caminamos por los Museos, y sentimos el vacío en la herencia de la raza, en su identidad, en su inteligencia, en sus ritos y en su concepción cósmica.
... nos duele agronómicamente, que nos usaron como territorio experimental de la Revolución Verde, cuando realmente lo que queremos es ser vanguardia en agricultura ecológica. Durante mucho tiempo nos impusieron los venenos como necesarios para las prácticas de la revolución verde, y hoy, ante el fracaso, están recurriendo a estas prácticas nobles.
Un buen día en una reunión del PNUMA adquirimos para Colombia el compromiso y la promesa sagrada, con un representante de esa raza crecida en Minamata y desaparecida por la incorporación del mercurio en las cadenas alimenticias acuáticas, al igual que la pretensión e intentos de Mineros el Dorado en el Río Saldaña al pretender intoxicar a los peces de la subienda con los sobrantes de la minería del oro en Ataco, nichos ecológicos y alimenticios de los nativos pescadores y agricultores.
El juramento fue tomado con un pescador de Minamata, quien viajo hasta las Naciones Unidas, para rogar a la humanidad que nunca sucumbiera ante los destellos de la minería del oro, siempre untados de mercurio, de cianuro, de dólares o de euros. Contó que el, pescador de Minamata, era un portador irreversible de mercurio arrojado al mar por una empresa transnacional, que envenenaba a los peces atrapados por su padre, y depositaba el toxico en la placenta de su madre e incorporaba veneno en su cuadro genético... y que había venido para compartir su último mensaje.
Es por ello que nos consideramos como mensajeros del sobreviviente del Japón, quien desde Minamata, nos comprometió en la divulgación de las muertes camufladas en el resplandor del oro... desde allí se iniciaron entre los ecologistas los mensajes que alertaban contra las amalgamas, los fungicidas, la extracción del oro, y en general, de todos los procesos mineros que persiguen al ser humano en su integridad genética.
Y como mensajeros, el Grupo Ecológico de la Universidad del Tolima cumplió con el destino de impedir la masacre del mercurio en el río Saldaña...y tenemos un gran trofeo, que aunque invisible, convirtió al Tolima en un territorio sin contaminados por la enfermedad de Minamata cuyo agente es el mercurio.
Nosotros seguiremos humildemente apegados a la búsqueda de autosuficiencia alimentaria antes de a la reconstrucción de las finanzas extranjeras. Queremos hijos sin oro, sin cianuro, sin dependencia... queremos que los buscadores de oro se regresen a su placenta ecológica... en el lugar en donde nacieron.
Por favor, el pueblo del Tolima les ruega que dejen el oro en donde lo puso Dios.
LA VIDA NO ES UNA MERCANCIA.... NO PUEDE NEGOCIARSE

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