domingo, 14 de septiembre de 2008

LA MALDICION DE MINAMATA

ORO, MERCURIO,MINAMATA, ATACO

Después de la posguerra de la Segunda Guerra Mundial, una empresa catalogada entre las diez de mayor importancia en Japón, respaldada por el gobierno porque generaba trabajo, riqueza, desarrollo y ganancias en una época de crisis, empleaba cloruro de mercurio como agente catalizador en su producción.

Chisso, ubicada en la población de Minamata (isla de Kiushu al sur oriente de Japón), desde 1932 hasta 1968, arrojó sus aguas residuales en la Bahía de Mimamata. Se depositaron entre 50 y 170 toneladas de tóxicos que sobrepasaron la capacidad de absorción y resiliencia de los ecosistemas y por tanto siguiendo el tránsito natural de la cadena de la vida, fueron pasando desde los animales marinos como peces y mariscos hasta los animales y residentes de Minamata.

En 1956, algunos pobladores aparecieron con problemas de salud como temblor en piernas y manos, reducción de la visión y audición, dificultad al hablar, movimientos torpes y parálisis. De igual manera, los peces flotaban muertos en el mar, inexplicablemente las aves caían muertas desde el cielo sin causa aparente y los gatos mostraron iguales síntomas que los humanos. Hubo casos severos donde las personas quedaron inconcientes e incluso llegaron a morir en un mes. Con el tiempo, se presentaron también pacientes congénitos que fueron afectados mientras se encontraban en el vientre materno.

La prefectura de Kumamoto solicita un estudio y en 1959 la Universidad informa que la afección no es contagiosa y puede ser producida por veneno. Después de nuevas investigaciones y de encontrar concentraciones muy altas de mercurio tanto en la Bahía como en el fondo del mar, en los peces y en órganos humanos como riñones, hígado y cerebro, se concluye que la causa fue envenenamiento y por tal razón no había motivo de continuar con la discriminación que venía sufriendo la población. A nivel mundial se conoce desde entonces la Enfermedad de Minamata; producida cuando el methil mercurio entra en el cuerpo atacando irreversiblemente el sistema nervioso central.

Los pescadores y habitantes son intimidados por la empresa tras una serie de protestas que inician en 1959. Y aunque el gobierno japonés consideró que la fabrica fue la responsable, esta negó durante todo el proceso de investigación los resultados oficiales, e incluso escondió los del médico de la compañía, quien había llegado a idéntica conclusión después de haber experimentado con gatos.

Obligada por la presión, Chisso inicia una serie de acuerdos para recompensar a las victimas por su mala fortuna, pero sin aceptar culpabilidad. Solo hasta octubre de 2004 La Corte Suprema de Japón se pronuncia dando responsabilidad no solamente a la empresa sino al gobierno nacional y a la prefectura por haberse demorado en prohibir la pesca y el consumo de productos del mar de la región.

Para el 2006, (50 años después) se cree que solamente existían unos 2265 casos oficialmente reconocidos por contraer la enfermedad, pero más de 10.000 estaban aún recibiendo algún tipo de ayuda médica. Incluso hoy, el número de personas que todavía están solicitando ser reconocidas por presentar los síntomas, llegaba casi a los 4.000.

Los habitantes de Minamata y Japón aprendieron de una gran tragedia ambiental. Se dieron cuenta que no solamente el desarrollo económico de una región es importante. Se debe crecer respetando y teniendo en cuenta los límites de los recursos naturales, por que sin ellos cualquier posibilidad de desarrollo de una comunidad se extingue.

Minamata no quiere que el fantasma de su tragedia se olvide, por eso construyeron un eco-parque, museos y diversas entidades que estudian y divulgan su historia. Sus gobernantes, habitantes y empresarios trabajan y viven bajo una visión ambiental que los guía hacia la utopía de cero emisión de contaminantes. Se ha generado una cultura ambiental y aunque aún sienten vergüenza por lo ocurrido, están decididos a que situaciones similares no ocurran de nuevo y por ello no desisten en dar a conocer su experiencia a nivel mundial.

Quimera del oro en el Tolima

La minería del oro nunca podrá ser sustentable por diversos motivos. Por ejemplo, para su extracción se emplean dos métodos: el primero, por amalgamiento utilizando mercurio; el segundo, que es el más empleado actualmente, es el de la lixiviación con cianuro, donde una inmensa cantidad de material triturado que ha sido extraído de la mina es sumergido en una solución de cianuro para extraer el oro.

Los drenajes ácidos, resultados de la minería del oro pueden durar décadas y hasta siglos e igualmente viajar a insospechables distancias. No en vano la Comunidad Económica Europea, después del derrame de 120 toneladas de cianuro y otros residuos tóxicos, provenientes de una mina de oro y plata de Aurul en Bahia Mare (Rumania) en enero del 2000, declara que la producción de oro empleando cianuro a cielo abierto conduce a la destrucción irreversible de los ecosistemas. ¿O será casualidad, por citar solo otro ejemplo, que la empresa minera canadiense (Gold Corporation) este siendo investigada en Costa Rica por sospecha de contaminación con cianuro?

El mal manejo y falta de información suministrada a los pobladores de Cajamarca, Ataco y todo el Tolima, por parte de Mineros S.A (que pretende extraer oro de aluvión del río Saldaña) y Ashanti Gold (oro de socavón) podrían ocasionar que un sin número de personas, animales y ecosistemas sean contaminados e incluso presenten síntomas de enfermedades desconocidas por el vertimiento (involuntario?) de cianuro, ácido sulfúrico y metales pesados como arsénico y mercurio. Todos ellos necesarios o presentes en alguna etapa de la extracción del oro.

¿Cual será el control, manejo y seguimiento de los desechos mineros 20, 50 o 100 años después de haber destruido ríos y ecosistemas, ya que los residuos de las minas de oro deben ser catalogados como el de los desechos nucleares y tratados perpetuamente? ¿Nuestros gobernantes y entidades ambientales tendrán la suficiente claridad ambiental de la problemática ambiental, económica, social y política que deberá enfrentar nuestro departamento con estos dos proyectos de extracción del oro? Decidirán que un recurso fundamental para la vida como el agua, y el cual es cada vez más escaso, es menos importante y valioso que aparecer en revistas internacionales como el departamento que tiene una de las 10 minas más grandes de oro del mundo?

Sumándole la extracción del oro en el río Saldaña, posiblemente seremos uno de las regiones más productoras del mundo; pero indudablemente, también seremos noticia por haber sucumbido a la quimera del oro. ¿Cambiaremos nuestra riqueza hídrica y seguridad alimentaria por el espejismo dorado? ¿Será posible que dejemos pasar por alto la Lección de Minamata?


Faride Stella Kairuz Hernandez

Msc Planificación Ambiental

Arcoirisfeliz99@gmail.com