martes, 26 de mayo de 2009

DIEZ MANDAMIENTOS PARA EL AMBIENTE


1. Adoptar un árbol y liberar un pájaro

2. Tomar agua de nuestro nevado

3. Regalar un símbolo ambiental

4. Andar descalzos

5. Respirara la pureza de nuestro aire con su 21 por ciento de oxigeno

6. Volver a hacer mercado en las tiendas

7. Usar bolsas y ropa interior de algodón.

8. Contar las historias de Anselmo Alape y Quintín Lame.

9. Tener mucho sabor y autenticidad tolimense

10. Brindar de lo nuestro

LOS SERES HUMANOS NECESITAMOS CAMBIAR, SI QUEREMOS CONTINUAR COMO ESPECIE, EN TODOS LOS COMPORTAMIENTOS DE LA COTIDIANIDAD.... POR ELLO ES DEFINITIVO, ESENCIAL, IMPORTANTE, QUE COMENCEMOS YA.

EL CINCO DE JUNIO


EL CINCO DE JUNIO:
DEMOSTREMOS QUE ESTAMOS VIVOS
El efecto más catastrófico, mas que la misma contaminación minera, es la violencia que la extracción extranjera genera en la sicología y estabilidad de las poblaciones... por donde pasan los dólares la comunidad queda dividida, desmembrada y polarizada en el odio... y sin reversa.
Ya Cajamarca esta dividida, y será muy difícil la reconciliación. En el centro de la trifulca esta el medio ambiente, que no es medio sino único. Y que en este momento esta en cuidados intensivos: las agresiones antrópicas lo tienen en desequilibro.
Desequilibrio que se expresa en deshielos, fríos intensos, precipitaciones anormales, temperaturas muy variables, ciclones, tsunamis, tornados, aumentos de la población, erupciones, temblores, terremotos...
Y nosotros, dizque inteligentes, no sabemos que hacer y parar el despelote... y si no lo paramos nos sepultaremos en el desequilibrio. Es que estamos metidos en varios ciclos: uno generado desde la galaxia, otro desde el centro de la Tierra, un tercero en el clima planetario y el más complejo, el antrópico, manipulado por los intereses económicos, por las religiones, y en la parte operativa por la gestión en manos de las transnacionales, que no generan posibilidades de vida.
Campañas de amor por la vida.
Nosotros desde el Grupo Ecológico de la Universidad del Tolima, intentamos crear una oleada de renovación del amor por la vida, expresado en un reconcilio con todas sus formas: el cinco de Junio realizaremos campañas especiales, para que se repitan todos los días, los que nos quedan: todos serán cincos de junio.
El Grupo Ecológico y los Observatorios de la U, estarán, - el cinco de junio- desde las siete de la mañana, reactivando y consintiendo a los árboles de la Plaza Bolívar... y repitiéndoles un tratamiento de abonos orgánicos líquidos y sólidos.
También están metidos en el compromiso el Periódico el Nuevo Día, la Cámara de Comercio, La Alcaldía Municipal, Infibague, Gaicachi, Hoja de Miel, Industrias Aliadas... con invitaciones abiertas para todo los concientes de la gravedad y a la espera de las presencias...
La sequoia tolimense .
El Proyecto con los árboles del parque, nació para salvar un árbol llamado Sequoia, sembrado hace más de 20 años en el corazón del Parque, siempre desconocido, ignorado y amenazado: y hoy tiene el titulo de ser el único ejemplar de la especie en Colombia.
Tenemos la presencia de gestores como el protector Roberto Mejia Caicedo, Antonio Melo, Ruth Zabala, Monique Thorin, Héctor Villarraga, el padre José Jiménez, que tienen el compromiso de recoger y no dejar apagar la antorcha.
La Cámara de Comercio pretende darle al Medio Ambiente tanta relevancia como le damos a celebración navideña: promoverlo pedagógicamente, retomando todos los elementos ecológicos en un acto de compromiso y fe en el futuro. La idea es que durante ese día no se hagan agresiones al ambiente y se cumplan los mandamientos para que la vida sea más fácil, más larga y más chévere.
Es para todos.
Esperamos que todas las universidades, los colegios, las escuelas, los centros de capacitación, el SENA, las Instituciones, los Hospitales, las asociaciones, los sindicatos, y todas las familias- expresen su amor por la vida, que adopten el parque más cercano con siembras, terapias, abonamientos, podas, cariñitos y seguimientos.
Pero, en el fondo lo que queremos es que desde Ibagué, desde Colombia, nos reconciliemos con la vida, volvamos a amar el medio ambiente, rescatar la solidaridad, identificar a los enemigos de la vida
... vivir la cheveridad de Ibagué.

EN EL FUNERAL DEL MAESTRO RAFAEL ESCALONA


POR: SANTANDER DURÁN ESCALONA
Palabras del Cantautor SANTANDER DURÁN ESCALONA, en representación de la familia Escalona, para agradecer el respeto, reconocimiento y cariño brindado por el pueblo colombiano a Rafael Escalona y a su inconmensurable obra musical.
Plaza Mayor de Valledupar. Colombia. Mayo 15 de 2009.
.... Lógico es destacar de manera especial en estas palabras, el apoyo, la amistad y el cariño otorgados a Rafael, por el Señor Presidente de la República Doctor Álvaro Uribe Vélez.
Muchas gracias por su gentileza Señor Presidente. Sobre este tema, nuestra familia lo sabe todo y queremos que usted sepa que lo sabemos y que, eternamente, lo agradeceremos.
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Cuando la mula del Coronel Clemente Escalona logró vadear las aguas engañosamente mansas del Rio Badillo, su jinete nunca pensó que, más allá de su bien ganada fama de combatiente alcanzada en la Guerra de los Mil Días, su nombre comenzaba a ser escrito en la historia, por otras razones:
Por razones de Paz y de Amor.
Su compadre y compañero de armas Juanito Olivella lo había invitado a Valledupar, para que descansara y se repusiera de la amargura de la derrota Liberal, prometiéndole que le presentaría a la mujer más bella de la Provincia, para que se casara con ella.
Movido por la curiosidad y acompañado de su compadre, esa tarde a lomos de “La Golondrina”, cruzó el húmedo lecho arenoso del arroyo conocido como La Malena y presintiendo lo mejor, los cascos de su mula iniciaron un alegre galope sobre la sabana de Patillal, que se abría ante sus ojos aventureros de cazador de amores.
Lo que el no sabía era que el cazador sería cazado y su corazón se rendiría ante la extraordinaria belleza de una mujer Provinciana de cabellos rubios y ojos azules: Margarita Martínez Daza, hija de Sebastián Martínez Daza, popularmente conocido como “El Blanco Tián” y de Rosa Manuela Daza Celedón, la sobrina preferida del famoso Obispo Rafael Celedón.
En Patillal, el Coronel sufrió la segunda derrota de su vida. Una feliz derrota ante el amor.
Escalona, herido por la mirada azul que lo hechizaba, regresó varias veces. Al final se quedó y el matrimonio se efectuó en Atánquez. Corría el año de 1914.
El Creador fue magnánimo con la joven pareja y algunos años mas tarde un grupo de 9 chicuelos correteaba en las noches de luna llena, por la sabana, jugando con sus primos y los hijos de los vecinos, mientras los mayores los vigilaban desde la puerta de la casa del abuelo Sebastián Martínez.
Las musas también fueron prodigas con los hijos de Clemente y Margarita.
Justa Matilde “La Nena”, Abigail “Abi”, Margarita “Magola” y Blanca Ligia “La Bella”, recibieron los dones de la belleza, del donaire, la memoria prodigiosa, la palabra precisa y a tiempo, la ternura y la simpatía.
Abigail - la de los ojos grises - se jacta de haber llorado en el vientre de su madre y sus hermanos juran que, además, nació con los dones de la Profecía y la Clarividencia, heredadas de su abuelo Sebastián Martínez.
Nelson, conocido como “Papá Necho” alto, delgado, de cabellos y ojos negros, recibió el don de la palabra que lo convertiría en creador fabuloso de increíbles historias fantasmagóricas, en maestro de escuela, en político de verbo ardiente y en el mejor buscapleitos y amigo de sus amigos de la Provincia.
Clemente, el rubio de los ojos azul - grisáceos y al que todo el mundo llamaba cariñosamente “Pachín”, recibió el don del buen humor, la carcajada fácil y la vocación de servicio que lo convirtió en el amigo sincero, sin distingo de clases sociales.
Tulio y Jorge murieron muy jóvenes.
Y cuando nadie lo esperaba, llegó Rafael.
Un nombre de Arcángel para un chico consentido, travieso, burlón, imprudente y gozón, de ojos color café y la mirada dulce y ensoñadora que años mas tarde rendiría por amor a los más altivos e indomables corazones femeninos de la Provincia.
Una noche, mientras Rafael se gestaba en el vientre de Margarita, el Coronel y ella despertaron asombrados porque en la semi penumbra de la habitación, se comenzó a escuchar un murmullo musical que llenaba el silencio. Una música desconocida y suave que los envolvía, arrullándolos y llenándolos de amor.
Intrigados, abrieron las ventanas, dejando entrar el aire fresco que llegaba de la Sierra Nevada y miraron hacia el pueblo.
Desperdigadas en la sabana, distinguieron en la oscuridad las casas de bahareque de siempre, sumergidas en el silencio del descanso nocturno.
Todo el pueblo dormía. No pasaba nada. Todo estaba quieto. Solitario. En silencio.
Y el murmullo musical continuaba.
Entonces, el Coronel, colocó su rostro sobre el vientre redondo y lleno de nueva vida de su amada y al levantar la mirada, los ojos se le llenaron de lágrimas. Después, lentamente susurró:
“¡Margoth!...¡El niño está cantando!”.
Desde entonces, desde el vientre de su madre, Rafael sabía cual sería su destino al nacer.
El 27 de Mayo de 1927, el cantor llegó llorando.
Ante tanto niño correteando por la casa, el patio y la sabana, su hermana mayor, Justa Matilde, asumió el compromiso de cuidarlo.
Pero lo cuidó tan bien, que lo malcrió. Lo llenó de pechiches, de mimos, de besos y lo convirtió en lo que después sería: Un consentido de todos. Un malcriado, en el mejor sentido de la palabra, lo cual es un contrasentido.
Desde niño, ejerció una extraña y atractiva impresión en los que lo conocían, tocando fácilmente los corazones con el fulgor casi mágico y la ternura de sus ojos de color café – dorados.
Cuando creció un poquito, espiaba a las visitas para enterarse de cosas que sus hermanos ni sospechaban. Y de esta manera, se quedó con el gusto de andar detrás de los mayores, averiguando historias del vecindario que no le importaban. Siempre pegado a los pantalones del Coronel y de “El Viejo Pedro Guerra”, brincando, indagando, montando a pelo burros y caballos viejos, inventando historias fantásticas, silbando, silbando, silbando y cantando.
Escondido, en las reuniones que se realizaban en la casa de su madre, donde el Coronel Escalona con su figura alta, morena, delgada, de bigote militar, nariz aguileña y cabellos lisos cortados “a la plancha”, era el centro de la atención, conoció la poesía de su padre, quien interpretaba el Tiple y cantaba temas como “El Cisne” (Pasillo), “Flores Negras” (Pasillo) y “Sobre las Olas” (Vals) o declamaba sus propios poemas y los de su compañero de parrandas, el ya famoso poeta Julio Flores.
Allí también conoció las Décimas perfectas de Luis Gregorio Maestre, el poeta de Carrizal, un caserío cercano, y escuchaba a los cantores campesinos que llegaban de Atánquez, La Junta, San Juan, Villanueva y El Molino.
Allí tuvo su encuentro con la música de acordeones, escuchando a Manuel José Maestre “Manoché” interpretando sencillas tonadas Provincianas.
Y allí, en Patillal, comenzó a componer sus primeros versos infantiles.
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Un día apareció en la casa de “El Blanco Tian”, un jinete.
Saludó desde el caballo y mirando de frente a Justa Escalona, tal como había mirado y conquistado a tantas mujeres, con voz melodiosa comenzó a entonar una canción desconocida, que se le quedó en el corazón:
“Muchacha Patillalera. Muchacha Patillalera
Muchacha Patillalera. Adiós querida Paisana
Yo me voy de Patillal. Yo me voy adolorido
Y eso a mi me está matando. Y eso a mí me parte el alma”
Desde entonces, Tobías Enrique Pumarejo, fue su maestro para desentrañar los misterios del canto Vallenato.
Cuando “Don Toba” llegaba, persiguiendo inútilmente a la indomable Justa Matilde, Rafael le desensillaba el caballo y lo llevaba a la pesebrera para bañarlo y darle comida. Pero también, en su búsqueda interminable de conocimientos, se pegaba a Tobías Enrique y no le perdía pisada, preguntando y preguntando.
Años después, la familia Escalona - Martínez se trasladó a Valledupar, donde el jovenzuelo, por su simpatía y por meterse en donde no lo llamaban, fiel a sus preferencias de andar con los mayores, fue acogido por los patriarcas de la Plaza Mayor.
Y mientras sus amigos contemporáneos aún jugaban trompo en las calles arenosas y en la inmensa Plaza de Valledupar, Rafael comenzaba a componer canciones con un humor increíble para su edad.
También comenzó a cultivar una virtud a la cual siempre ha sido fiel: Ser amigo de sus amigos y de los amigos de sus amigos. Ser el amigo de todos
Dicen las antiguas tradiciones iniciáticas, que cuando el alumno está listo, aparece el Maestro.
Al comenzar su Bachillerato en el Colegio Loperena, encontró a su Gran Maestro: Alfonso “Poncho” Cotes Querúz, su excelente profesor de Castellano.
“Poncho” Cotes, parrandero, poeta, declamador, guitarrista, piropeador elegante de cuanta dama se ponía al alcance de su vista, cantor siempre enamorado - con dos mujeres - le enseñó lo que le faltaba:
Lo inició en los milenarios secretos árabes sobre el arte de enamorar cantando, descifradas en las lecturas noctámbulas, de una antigua versión de “Las Mil y Una Noches”; lo acompañaba con su guitarra, para enseñarlo a cantar pausada y afinadamente, mientras le brindaba uno que otro trago y lo llevaba a a parrandear en cada pueblo de la Provincia, tejiendo así una red interminable y maravillosa de amigos y compadres.
Y aprendió también de “Poncho”, a entrar en las casas ajenas, en donde hubiera muchachas bonitas, revisando primero las comidas que se estaban preparando en las cocinas, destapando ollas y probando guisos, para ver si con esa mezcla de belleza y sazón, valía la pena quedarse.
De esta manera, el Maestro “Poncho” Cotes, consciente de la joya sin pulir que llegaba a sus manos, se dedicó discretamente a Rafael, para modelar en él una mente y unos sentimientos que lo convertirían en el mejor intérprete y representante de la vida y la cultura Provinciana, en un modelo a seguir por la juventud de la época, en un insaciable perseguidor de amores y en el mejor cultor de la amistad, la poesía y el canto Vallenato.
Al decir del Coronel Escalona, “Poncho Cotes lo terminó de descomponer”.
Sin las enseñanzas maquiavélicas de Poncho Cotes; sin los versos y las noches de parrandas compartidas con cientos de amigos; sin los personajes populares que inmortalizó en sus canciones; sin el acompañamiento mágico del acordeón de “Colacho” Mendoza …
Sin el amor y los celos legendarios de su bella novia juvenil, musa inspiradora de sus mejores cantos, hoy su digna esposa, Doña Marina Arzuaga Mejía, ”La Maye”, apelativo cariñoso creado para ella en un arrebato de amor…
Sin las miradas enamoradas, los suspiros, las caricias de muchas mujeres y el
nacimiento de todos sus hijos…
Si la fragata “Almirante Padilla” no se hubiera tomado a Puerto López, …
Si el General Gustavo Rojas Pinilla, no lo hubiera llevado, por primera vez a Bogotá, presentándolo ante el país.
Si no hubiera impulsado a la canción Vallenata desde los corrales, las haciendas ganaderas y los patios traseros de las casas, hasta pasearla por los más selectos escenarios nacionales e internacionales…
Si no hubiera gozado de la alcahuetería de la vieja Petra Arias, para armar parrandas en el patio de su tienda, en el Barrio Cañaguate…
Si no hubiera acompañado desde la clandestinidad, a los “camaradas” Tulio Villa y Julio Gámez, líderes populares hoy en uso de buen retiro - para alivio de nuestra Alcaldía – en la primera invasión de tierras urbanas realizada en Valledupar, las cuales posteriormente se convirtieron en el Barrio Primero de Mayo de esta ciudad…
Si no hubiera practicado con tantos líderes políticos de Colombia, su ideario político personal titulado: “La amistad y la música Vallenata, por encima de los Partidos”.
Si no hubiera ayudado a crear el Departamento del Cesar y EL Festival de la Leyenda Vallenata…
Si no existiera el testimonio de decenas de amigos de carne y hueso, que lo vieron componer todas y cada una de sus canciones…
Si no hubiera sido toda su vida un “deshacedor de entuertos” y el mejor “palabrero” o mediador para arreglar problemas entre amigos y familias enemistadas, en donde su sola palabra era aceptada como Ley…
Sin la adoración eterna de Cielito Romero, distinguida dama de San Juan del Cesar, quien desde el día en que lo conoció armó un pequeño altar en la cocina de su casa, con velas eternamente encendidas, en donde colocó la fotografía de Escalona y la estampa de San Cayetano y día tras día, durante los últimos 60 años, se arrodilló para rogar al Santo que le concediera, al menos por un minuto, el amor y la pasión terrenal de “su Rafa”.
Si para arreglar esa situación y alejar las tentaciones, no hubiera designado a Cielito como Madrina de Bautizo de su primera hija, Ada Luz…
Y especialmente, sin la presencia en su vida de los amigos de siempre, Gabriel García Márquez, “El Gabo”; de los integrantes de “El Grupo de La Cueva”; de El Último Embaucador, el fabuloso “Mago Borletty”; de los “Mellos” Pérez en Aracataca; del fotógrafo “Nereo” y de el hijo preferido de “Changó”, “El Ekobio Mayor”, Manuel Zapata Olivella, quienes lo especializaron en el sutil arte Caribeño de Mamar Gallo…
Sin su fortaleza y virilidad para enfrentar a la muerte. …
Sin todas esas experiencias de vida, unidas a su talento y a la bendición y protección del Altísimo, posiblemente Rafael Escalona nunca hubiera llegado a ser el Gran Cantor de Colombia.
RAFAEL ESCALONA NACIÓ PARA CANTAR Y SU RECUERDO SERÁ UNA ETERNA INVOCACIÓN A LA NACIONALIDAD, A NUESTRO PATRIMONIO CULTURAL, A LA AMISTAD Y UN CANTO A LA VIDA.
Buen viaje, Cantor del Pueblo, mensajero de la Amistad, la Paz y la Esperanza.
ORACIÓN FINAL
Hoy, Rafael Escalona, como chispa Divina, viaja de regreso al Padre Eterno.
Como el hijo prodigo, regresa a la Luz que lo creó, para que compartiera con nosotros su tránsito terrenal.
Durante su vida, entre errores y aciertos, realizó su propio proceso de aprendizaje y de crecimiento espiritual.
La práctica de la vida es un proceso de eterno crecimiento. Al completar la misión, regresamos al Padre.
Rafael, cumplida su misión, vuela entre gajos de luceros acercándose a la Luz, sin temores y lleno de una paz y una felicidad infinitas.
Con amor, sus antepasados lo esperan.
Padre Eterno: Recíbelo en ti.